Articulo original : https://lesalonbeige.fr/une-constitution-contraire-a-la-vie/
Por Michel Janva el 8 de febrero de 2024, Traducido por Elisa Hernández
Massimiliano Menichetti, jefe de Radio Vaticano y de Vatican News, ha escrito un editorial en Vatican News sobre la inclusión del aborto en la Constitución francesa. Según el periodico La Croix (La Cruz), se trata de una posición oficial del servicio diplomático de la Santa Sede. Extracto:
[“El aborto es un asesinato», dijo claramente Francisco a los periodistas en su vuelo de regreso de Eslovaquia en septiembre de hace tres años. ¿Cómo es posible yuxtaponer en la carta fundamental de un Estado la ley que protege a la persona y la ley que lo castiga su muerte? Vivimos en una sociedad tecnológicamente avanzada, informatizada y conectada. El crecimiento del ser humano desde el momento de la concepción no es ningún secreto desde hace décadas.
Utilizamos palabras como preembrión, embrión, bebé, niño, adolescente, adulto, anciano para indicar etapas de desarrollo en las que cambia el número de células, en las que evoluciona el aspecto cognitivo, la necesidad de asistencia, pero sigue siendo una persona. «¿Es correcto matar una vida humana para resolver un problema? ¿Es correcto contratar a un sicario para matar una vida humana?», preguntó el Papa a los periodistas en su vuelo de regreso de Bratislava a Roma. Una sociedad no se mide por sus prohibiciones, sino por su capacidad de amar, y «la libertad crece con el amor», explicó Francisco en su catequesis de la audiencia general del 20 de octubre de 2021, «con el amor que vemos en Cristo, la caridad: éste es el amor verdaderamente libre y liberador». Al inicio del proceso parlamentario, los obispos franceses expresaron su preocupación por esta enmienda a la Constitución francesa y reafirmaron que toda vida es un don, un don frágil y precioso, infinitamente digno, que hay que acoger y servir desde su inicio hasta su fin natural.
La humanidad siempre ha condenado cualquier teoría eugenésica, pero los embriones siguen siendo manipulados y seleccionados como si fueran materiales y no personas. En este contexto, el aborto es tanto una premisa como una consecuencia. Extrañamente, es como si ya no fuéramos capaces de ver, de ser libres, de dar, de ayudar. En un mundo marcado por tanta violencia, parece difícil construir una buena estrategia global de acogida y apoyo, poder destinar fondos, atención y amor a las mujeres que atraviesan un embarazo difícil, a los niños que llevan en sus vientres. Sin embargo, se podrían salvar muchas vidas, como demuestra el trabajo de los Centri di aiuto alla vita (Centros de ayuda a la vida) italianos, si se ofreciera a las mujeres apoyo económico, jurídico, psicológico, religioso y social, en un momento dramático en el que el aborto parece ser la única solución.
«A menudo nos empantanamos en una estéril oposición política o ideológica, pero el reto es aprobar leyes y enmendar constituciones con propuestas a favor de la vida, no de la muerte. Inversiones y medidas para reforzar estructuras y realidades capaces de soportar el peso del sufrimiento, del miedo, de las situaciones extremas y dramáticas.»
Ayudar es amar, ser libre para elegir. Y este horizonte fraternal, que se ocupa del otro, de la persona, construye sociedades que no se resignan, sino que avanzan hacia una auténtica cultura de la aceptación, del compartir y de la paz.
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