Artículo original : https://lesalonbeige.fr/mgr-eric-de-moulins-beaufort-denonce-les-mensonges-demmanuel-macron/
Por Michel Janva el 11 de marzo de 2024 – En Le Salon Beige – Traducido por Elisa Hernández
Monseñor Eric de Moulins-Beaufort, arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, fue entrevistado en el periódico La Croix (La Cruz) tras la entrevista de Emmanuel Macron sobre la ley del final de la vida. Mons. de Moulins-Beaufort declaró:
[…] El Presidente anunció hace mucho tiempo que no quería precipitar a la gente en cuestiones sociales. Se ha reunido con mucha gente, incluidos líderes religiosos, eso es innegable. Pero también es hábil. Ha sabido retomar y apropiarse de nuestro mayor punto de énfasis, que es la fraternidad, en el texto anunciado. Llamar «ley de fraternidad» a un texto que abre la puerta tanto al suicidio asistido como a la eutanasia es un engaño. Una ley de este tipo, queramos lo que queramos, orientará todo nuestro sistema sanitario hacia la muerte como solución.
En su entrevista el periódico La Croix, Emmanuel Macron no habló de eutanasia ni de suicidio asistido, sino de ayuda a la muerte. ¿Cuál es su primera reacción?
Es sólo retórica. En realidad, el texto abre la vía a las dos posibilidades al mismo tiempo. Como obispos, pedimos a la sociedad que ayude a las personas a vivir y a vivir hasta el final, hasta que mueran. Lo que ayuda a las personas a morir de un modo plenamente humano no es un producto letal, sino el afecto, la consideración y el cuidado. […]
Emmanuel Macron ha establecido cuatro condiciones para que los pacientes puedan solicitar asistencia para morir, ¿cree que son suficientes para regular la asistencia para morir y respetar a las personas?
Por lo que se dice, el texto limitaría el tema con precisión. Pero le recuerdo que la ley en Francia la hace en última instancia el Parlamento. ¿Cómo se controlará allí el debate? […]
La persona autorizada a realizar el acto letal puede ser el propio paciente, una persona de apoyo de confianza o el personal médico. En ninguna parte se menciona una cláusula de conciencia específica.
Me temo que esta ausencia es característica de la filosofía general de este texto. ¿Qué tipo de pacto social tendremos? Me sorprende que se mencionen las residencias de ancianos como posible ubicación. ¿Cómo reaccionarán los demás residentes? ¿Qué tipo de doble juego pretendemos imponer al personal asistencial?
Una gran parte del proyecto de ley trata de los cuidados paliativos. ¿No es ésta la mejor respuesta a la angustia que afecta a los pacientes y sus familias?
No veo que sea una parte importante del proyecto de ley. A estas alturas, sólo hay vagas promesas, como las ha habido durante los últimos veinte años. Lo que necesitamos no son sólo unidades de cuidados paliativos, sino el desarrollo de una cultura de gestión del dolor desde el principio de la atención al paciente. El Presidente habla de ello, pero necesitamos medidas concretas.
[…] El mal menor sigue siendo un mal. El proyecto actual combina los dos. La fe cristiana arroja una profunda luz sobre nuestra concepción de la vida y nuestras responsabilidades humanas, pero no hace falta ser cristiano para creer que una sociedad crece negándose a dar la muerte y movilizando sus fuerzas para acompañar a todos hasta el final de sus vidas. No hace falta ser cristiano, ni siquiera creer en Dios, para comprender el peligro de que una sociedad ayude a poner fin a una vida humana. […]
¿Qué quiere decir a los católicos? No son los únicos que piensan que la vida humana merece ser acompañada hasta el final y que no quieren un texto así. Como ciudadanos, tienen la responsabilidad de velar por que nuestro país profundice en su servicio a todos. Pueden hacer aún más para apoyar a quienes se acercan a la muerte. Valdría la pena que animaran a sus parlamentarios a no dejarse llevar por las emociones o por el miedo a ser calificados de conservadores. Es un falso progreso ofrecer la muerte como solución.
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