Articulo original : https://www.medias-presse.info/plus-de-la-moitie-des-experts-en-sante-trans-de-loms-mis-en-cause-pour-conflits-dinterets/185926/
por Pierre-Alain Depauw – 7 de febrero de 2024, Traducido por Elisa Hernández
El grupo encargado de elaborar las directrices de la OMS sobre la salud de los transexuales incluye a varios activistas LGBT y médicos que se benefician económicamente del trabajo con personas transexuales.
Se ha informado de que la mayoría de los miembros del GDG, un grupo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) encargado de elaborar directrices para la «salud» de las denominadas personas «trans», tienen importantes conflictos de intereses.
13 de los 20 miembros del GDG han sido identificados como poseedores de «conflictos de intereses significativos», al menos 10 de los cuales tienen conflictos de intereses financieros debido a su profesión. O bien realizan los llamados procedimientos de reasignación de sexo (altamente lucrativos) o bien prescriben directamente hormonas para transexuales y bloqueadores de la pubertad.
En general, los miembros del GDG de la OMS consideran que las hormonas y las intervenciones quirúrgicas para mutilar el cuerpo con el fin de reflejar la «identidad de género» de una persona son una respuesta preferente a la disforia de género, lo que suscita serias preocupaciones sobre las implicaciones para las normas sanitarias en países de todo el mundo.
El hecho de que la OMS no haya prestado ninguna atención a los evidentes conflictos de intereses financieros demuestra que todo está manipulado. Las normas de la OMS estipulan que los «conflictos de intereses significativos» deben «gestionarse» y que «todos los conflictos de intereses» deben «revelarse».
Pero ya vimos con el caso Covid lo poco preocupada que estaba la OMS por cumplir sus propios reglamentos.
Y, sin embargo, son estas personas que se están beneficiando del aumento del número de transexuales las responsables de definir las directrices de la OMS sobre «la prestación de una atención que tenga en cuenta las cuestiones de género, incluidas las hormonas; la educación y formación del personal sanitario en la prestación de una atención que tenga en cuenta las cuestiones de género; la prestación de atención sanitaria a las personas transexuales y con diversidad de género que hayan sufrido violencia interpersonal en función de sus necesidades» y «las políticas sanitarias que apoyan una atención que tenga en cuenta las cuestiones de género y el reconocimiento legal de la identidad de género autodeterminada».
La OMS también presenta la llamada «atención transgénero» (es decir, la transformación quirúrgica) como un «derecho humano».
El énfasis de las directrices de la OMS en la formación del personal sanitario también suscita preocupación por los derechos de los médicos y otros profesionales sanitarios que se oponen a los procedimientos de afirmación de género por motivos de conciencia.
Consecuencias dramáticas e irreversibles
Hay que recordar que los llamados procedimientos de «afirmación del género» defendidos por los miembros del GDG de la OMS, es decir, las hormonas y las intervenciones quirúrgicas que interfieren en funciones corporales por lo demás sanas, son propensos a complicaciones graves y recurrentes.
Los efectos nocivos de los medicamentos y la cirugía transgénero han sido firmemente establecidos por acreditados expertos médicos estadounidenses, por organismos médicos europeos y por los testimonios de personas a las que se han practicado estas cirugías y que han expresado su pesar por haber mutilado sus cuerpos.
Por citar sólo un ejemplo, «Scott» Newgent, una mujer que se sometió a cirugía para adoptar la apariencia de un hombre, testificó que sufrió enormemente tras su «transición». Sufrió una embolia pulmonar, un infarto inducido por el estrés, sepsis, una infección recurrente durante 17 meses que requirió 16 rondas de antibióticos y tres semanas de antibióticos intravenosos diarios, y después una cirugía reconstructiva del brazo. Tiene daños en los pulmones, el corazón y la vejiga, y sufre insomnio y alucinaciones. Todo ello le ha costado un millón de dólares en gastos médicos, con la consiguiente pérdida de su casa, su coche y su trabajo.
Pero estos daños pasan desapercibidos para las clínicas especializadas en cuestiones de género y para todos los establecimientos médicos que se benefician de lo que se ha convertido en una industria multimillonaria de la «transición» de género.
Centrarse en diez «expertos» de la OMS
. Cianán Russell es asesor político de ILGA Europa, un grupo de presión LGBT;
. Gail Knudson, cuya práctica «consiste en gran medida en la aprobación de pacientes para la atención de afirmación de género», «recibe un honorario anual por su trabajo con ILGA Europa» ;
. Walter Bockting, cuya práctica clínica «se centra en el suministro de hormonas para la transición de género» ;
. Walter Bouman, cuya práctica clínica incluye el suministro de hormonas para la transición de género; ;
. Elma de Vries, proporciona «cuidados de transición de género» en el hospital Groote Schuur;
. Erika Castellanos, es directora ejecutiva de GATE (Acción Global por la Igualdad Trans);
. Zakaria Nasser, es empleado de la organización activista transexual Quorras ;
. Eszter Kismödiqui, contribuye a la «reclasificación de la expresión de género y otras cuestiones relacionadas con la sexualidad como parte del proceso de la CIE 11 (Clasificación Internacional de Enfermedades) de la OMS» ;
. Alicia Krügerque trabaja como consultora farmacéutica, en particular para la Comisión Europea, sobre la atención farmacéutica a «la población LGBTQIAPN+» ;
. Chris McLachlan, cuya práctica clínica incluye la prescripción de hormonas de transición de género y cirugía «trans» como parte de la «atención».
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