Articulo original : https://lesalonbeige.fr/le-cauchemar-de-lideologie-du-genre-un-pere-perd-la-garde-de-son-fils-de-8-ans/
Por Michel Janva el 8 de febrero de 2024, Traducido por Elisa Hernández
Dennis Hannon, un padre de 32 años de Nueva York, ha perdido la custodia de su hijo de 8 años tras intentar impedir su «transición de género» y el uso de bloqueadores de la pubertad.
El hombre afirma que su ex mujer «empujó» a su hijo hacia la transición, a pesar de que al pequeño no le molestaba ser un niño. En 2017, dos años después de su separación, ella empezó a vestir a su hijo con ropa de niña. Era una «ilusión que [ella] trató de imponer a nuestro hijo», dice el padre. «A los tres años, ¿cómo puede identificarse como una niña? Nunca me mostró nada», se lamenta.
Dennis Hannon veía a su hijo dos veces por semana y fines de semana alternos, mientras que su ex mujer tenía la custodia el resto del tiempo. Con su padre, el niño era «un chico llamado Matthew». Pero «cuando estaba con su madre, en realidad era una niña llamada Ruby», explica el padre.
Según los documentos judiciales, en 2019, la madre llevó a Matthew a un médico partidario de la «atención de afirmación de género». Entonces solicitó bloqueadores de la pubertad para impedir que su hijo produjera hormonas masculinas. Posteriormente, la madre también remitió a Matthew a un pediatra que, tras una conversación telefónica de 45 minutos con ella, afirmó que el niño parecía seguir padeciendo «disforia de género». Por ello, los médicos «recomendaron bloqueadores de la pubertad», afirma Dennis Hannon.
Ella buscó terapeutas que le dieran «la respuesta que quería oír» para lograr la «transición social» y finalmente la «transición médica» de nuestro hijo, explica el padre. Nadie cuestionó la historia de la madre, ni se preguntó si el niño sufría realmente «disforia de género», estima. «Como ella decía que estaba confundido sobre su sexo, debía ser verdad», afirma el padre.
Dennis Hannon no descubrió estos hechos hasta 2020, cuando presentó una denuncia contra su ex mujer por lo ocurrido hasta entonces. Un año antes, el Sr. Hannon había recibido una carta de la guardería de su hijo dirigida al «padre o tutor de Ruby Rose Hannon», utilizando el pronombre «ella». «Pensé que habían enviado la carta a una dirección equivocada», explica. Fue finalmente gracias a esta carta que el padre descubrió la «transición» de su hijo. «Fui el último en ser informado», dice, mientras tomaba «bloqueadores de la pubertad».
Aunque los profesionales sanitarios nunca hicieron un «diagnóstico oficial de disforia de género», en 2020 el tribunal ordenó al padre que llevara a su hijo a ver a un terapeuta especializado en cuestiones de género. Fue durante un año y medio. «Si me negaba, me decían que estaba interfiriendo en un tratamiento médico esencial y que me quitarían la custodia», lamenta Dennis Hannon. Cuando el padre decidió finalmente poner fin a las consultas, el terapeuta le denunció ante el tribunal.
El Sr. Hannon ha perdido ahora la custodia de su hijo. Sólo tiene derecho de visita y sólo le ve unas horas a la semana. Es más, el padre ya no tiene ni voz ni voto en las decisiones médicas que conciernen al niño. «Es una auténtica pesadilla», se lamenta, «me ha destrozado la vida por completo». A Dennis Hannon quisiera recuperar la custodia de su hijo, pero dice que no puede permitirse financieramente el proceso de apelación.
Del mismo modo, una familia de Montana perdió la custodia de su hija de 14 años tras negarse a permitir que se convirtiera en un niño. Los Servicios de Protección de Menores (SPI) acudieron al domicilio de la familia en Glasgow y posteriormente decidieron que su hija, enferma mental, necesitaba una «transición» para «mejorar». Por ello, la internaron en una institución donde le permitieron vivir como un chico.
Desde la decisión del tribunal, la niña ha vuelto a ser «un niño normal». A la edad de nueve años, Matthew «ya no se identifica como niña» y ya no se viste como tal.
«Mi hijo es un niño normal, Matthew», explica Dennis Hannon. «Su madre siempre intenta influir en él utilizando pronombres femeninos, y siempre le llama B, que es el diminutivo de Ruby», continúa. «Es algo con lo que va a tener que vivir», lamenta el padre. «Es terrible”.
Fuente : Gènéthique
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