UNA NUEVA CONTRA REVOLUCIÓN CATÓLICA ESTÁ EN MARCHA EN EUROPA

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Texto original en el sitio web de Paix Liturgique (Paz litúrgica) : http://www.paixliturgique.fr/aff_lettre.asp?LET_N_ID=3882

El texto hace referencia a este articulo del Financial Times : https://www.ft.com/content/e7236ecc-9366-444c-8213-1515656adf5c

Nuestra carta 992 publicada el 28 de diciembre de 2023, Traducido por Elisa Hernández

Un artículo de Jonathan Derbyshire publicado en el FINANCIAL TIMES

Hemos pensado que sería interesante compartir con nuestros lectores un artículo de Jonathan Derbyshire aparecido en el Financial Times el 7 de agosto de 2023 (Una nueva contrarrevolución católica está en marcha en Europa | Financial Times (ft.com) https://www.ft.com/content/e7236ecc-9366-444c-8213-1515656adf5c, en la medida en que las reflexiones de Jonathan Derbyshire incluyen datos religiosos e incluso litúrgicos. Son tanto más interesantes cuanto que proceden del «exterior». El Financial Times es un diario económico y financiero británico, considerado el principal diario económico de Europa, con más de un millón de suscriptores. Jonathan Derbyshire, redactor jefe del Financial Times, que anteriormente fue redactor jefe de Prospect y redactor cultural del New Statesman, es un periodista particularmente profesional, pero no es en absoluto un periodista religioso, y menos aún tradicionalista. Reproducimos a continuación la traducción francesa de su artículo.

«Una nueva contrarrevolución católica está en marcha en Europa. De Italia a España, pasando por Polonia, los partidos de derecha hacen hincapié en la soberanía nacional y los valores familiares conservadores.

La semana pasada, cientos de miles de jóvenes católicos de todo el mundo se reunieron en la capital portuguesa, Lisboa, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, un encuentro religioso internacional que se celebró por primera vez en Roma en 1986. En un sermón pronunciado en la ciudad el 3 de agosto, el Papa Francisco recordó a los participantes que «en la Iglesia hay sitio para todos».

Más de 42.000 de los 354.000 peregrinos procedían de Francia (el cuarto contingente más numeroso después de los españoles, italianos y portugueses). Una encuesta realizada en mayo por el diario religioso francés La Croix entre jóvenes católicos franceses que planeaban visitar Lisboa sugiere que quizá no hayan sido especialmente receptivos a la visión eclesiástica expansiva de Francisco.

Aunque la asistencia a la iglesia en Francia se mantiene en niveles muy inferiores a los de la década de 1950, la encuesta sugiere que los jóvenes católicos franceses de hoy son muy observantes y prefieren las formas más tradicionales del ritual, incluida la misa en Latín. Según el politólogo Yann Raison du Cleuziou, este grupo, que ejerce una influencia desproporcionada a su tamaño (gracias a las redes sociales y otros efectos de red), está en el centro del resurgimiento del catolicismo conservador como fuerza política y religiosa.

La fusión de la política identitaria católica con el populismo nativista y «soberanista» descrito por Yann Raison du Cleuziou tampoco es exclusiva de Francia. El éxito electoral de partidos como Vox en España y Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni, el mayor partido de la coalición gobernante en Italia, así lo atestigua.

Los resultados de la encuesta francesa revelan una concepción de la relación entre la autoridad religiosa y el poder político temporal que contradice lo que el propio Francisco identificó como un «sano laicismo» en el que «Dios y el César siguen siendo distintos, pero no se oponen». En la encuesta de La Croix, el 59% de los encuestados veían a la Iglesia como un «faro que muestra el camino a través de la oscuridad» de la modernidad secular.

Yann Raison du Cleuziou sostiene que la noción de que los políticos democráticos no tienen derecho a interferir en el «orden natural» de las cosas está en el corazón de una «contrarrevolución católica» contemporánea. Y para él, los orígenes de este revanchismo en Francia se encuentran en el movimiento «Manif pour tous» (la manifestación para todos) que, en 2012-14, sacó a cientos de miles de personas a las calles para protestar contra el matrimonio homosexual.

En Italia, las manifestaciones del «Día de la familia» contra la igualdad matrimonial movilizaron a cientos de miles de personas en Roma en 2016. Este año, el gobierno de Meloni pidió a los alcaldes que no expidieran certificados de nacimiento que reconocieran a las parejas del mismo sexo como padres legales de los niños.

En 2016, una de las ramificaciones de Manif pour tous, un grupo llamado Sens Commun (Sentido común), desempeñó un papel clave a la hora de asegurar la nominación de François Fillon para las elecciones presidenciales de centro-derecha en Francia. Haciendo alarde de su propia fe, Fillon, cuya campaña se hundió más tarde debido a un escándalo financiero, consiguió ganarse lo que los científicos sociales Hervé Le Bras y Emmanuel Todd han llamado memorablemente «catolicismo zombi», un «agente estructurador de la educación y la política» que sigue ejerciendo influencia a pesar del dramático declive de la religión en su «dimensión ritual».

Del mismo modo, los avances electorales de Vox en España -que siguen siendo significativos a nivel regional y municipal, a pesar de los decepcionantes resultados del partido en las elecciones parlamentarias de julio – no pueden entenderse adecuadamente sin prestar atención al aspecto religioso (específicamente católico).

Cuando Vox entró por primera vez en el Parlamento Europeo en 2019, por ejemplo, no se unió al grupo Identidad y Democracia, al que pertenecen el ultraderechista francés Rassemblement National y la Liga Italiana. En su lugar, se unió a los Hermanos Italianos en el bloque de Conservadores y Reformistas Europeos, junto al partido nacionalista católico gobernante en Polonia, Ley y Justicia.

La declaración de principios y valores del ECR incluye un compromiso con «la importancia de la familia» y «la integridad soberana del Estado nación, la oposición al federalismo de la UE y el respeto renovado a la verdadera subsidiariedad».

Los conocedores de la historia política europea del siglo XX notarán aquí una rica ironía. La «subsidiariedad» – la idea de que el poder debe distribuirse hacia abajo, hacia las autoridades locales y regionales, y hacia arriba, hacia las organizaciones supranacionales – fue uno de los valores clave de la democracia cristiana de posguerra. Era una ideología política que buscaba reconciliar el cristianismo (en particular el catolicismo) con la democracia liberal, no oponerse a ella, y contribuyó más que ninguna otra a dar forma al proyecto de integración europea sobre el que los identitarios católicos lanzan hoy un anatema».

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA PAZ LITÚRGICA

1 – Sólo nos tomaremos la libertad de hacer una pequeña corrección de detalle en la conclusión. El principio de subsidiariedad mencionado por Jonathan Debyshire era, es cierto, un valor de la democracia cristiana, pero sólo por accidente. De hecho, es un principio cardinal de la doctrina social de la Iglesia, que olvidamos con demasiada facilidad que fue formulada, especialmente por León XIII en la Rerum novarum, como una doctrina antiliberal y antisocialista. En resumen, en el plano social, era la aplicación del antiliberalismo político del corpus de León XIII (Immortale Dei, sobre la constitución cristiana de los Estados, por ejemplo). Fue contraviniendo sus propios principios que León XIII preconizó una política de aglutinación de apoyos, que la Democracia Cristiana abrazó posteriormente.

2 – Pero en este artículo particularmente bien documentado, destacamos especialmente el hecho de que, basándonos en la obra de Yan Raison du Cleuziou “Une contre-révolution catholique” (Una contrarrevolución católica). En los orígenes de La Manif pour tous (Seuil, 2019), Jonathan Debyshire ve en el catolicismo tradicional una especie de matriz para el resurgimiento del catolicismo conservador como fuerza política y religiosa, su importancia numérica pequeña, sin embargo, en comparación con la influencia que tiene.

3 – Así, en medio de un mundo que se derrumba y pierde el rumbo, la antigua misa o misa tradicional, respaldada por el catecismo tradicional, actúa como una columna vertebral, por frágil que sea, pero providencial.


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