Articulo original : https://www.medias-presse.info/haaretz-jihad-hebreu-gaza/185679/
por Francesca de Villasmundo – 2 febrero 2024, Traducido por Elisa Hernández

Benjamin Netanyahu y la destrucción de Gaza
«El supremacismo nacionalista-religioso judío ha sido normalizado, legitimado, generalizado y alentado por Netanyahu». Y ahora quiere una victoria real, una «victoria divina». El diario israelí Haaretz revela el «mesianismo» que habita ciertas esferas de poder en Tel Aviv.
Reproducimos a continuación un esclarecedor análisis, basado en un artículo del diario israelí Haaretz, del blog geopolítico italiano Piccole Note, sobre la dimensión mesiánica, y por tanto religiosa, que subyace en los actuales bombardeos destructivos y aterradores que Israel lleva lanzando sin cesar sobre la Franja de Gaza desde el 7 de octubre. El artículo no necesita comentarios: lo dice todo, y lo dice bien. Dejamos de lado el término «ultraderecha» utilizado por Haaretz y Piccole Note, aunque preferiríamos el simple término «sionista», que nos parece más apropiado para caracterizar a estos partidos en el poder en Tel Aviv y la ideología mesianista que propugnan.
La guerra de Gaza ha alimentado un monstruo que acecha a la sociedad israelí: el éxtasis mesiánico
«La guerra de Gaza ha alimentado un monstruo que acechaba en la sociedad y la política israelíes desde hacía mucho tiempo. Un monstruo que se reveló en toda su «salvaje» plasticidad el pasado domingo, en la Conferencia para la Victoria de Israel – Los asentamientos traen seguridad: el retorno a la franja de Gaza y al norte de Samaria. Una conferencia convocada por los partidos de extrema derecha de Israel. Alon Pinkas escribió sobre ella en Haaretz, describiendo la atmósfera que impregnó la reunión como «éxtasis mesiánico, un fervor religioso que ha conquistado ahora una posición de poder«.
“Lo que vimos«, prosigue, «no fue simplemente una tensión teocrático-fascista presente en la sociedad y la política israelíes, sino una esfera de poder, casi la mitad de la coalición que apoya a Netanyahu (27 diputados), incluidos cinco ministros de su gobierno«.
Y de nuevo: «Lo que vimos no fue una idea abstracta e ilusoria que aspira al retorno de los judíos a Gaza, sino una proclamación de guerra que pide la expulsión y el desplazamiento de todos los palestinos. Lo que se observó afectaba más a Cisjordania – la Judea y Samaria bíblicas – que a Gaza […] Esta zona de suprematismo nacionalista-religioso judío ha sido normalizada, legitimada, integrada y alentada por Netanyahu«.
Esto no quiere decir que Gaza, donde la guerra hace más estragos, haya sido aniquilada, muy al contrario, justo cuando los jefes de inteligencia de Qatar, Israel, EE.UU. y Egipto se reunían en París para buscar un acuerdo sobre una tregua a cambio de la liberación de los rehenes, la multitud reunida por la ultraderecha en Jerusalén coreaba «de vuelta a Gaza«.
El artículo anterior es más que interesante y merece la pena leerlo, también por la explicación histórica del ascenso de la extrema derecha, que comenzó «tras la Guerra de los Seis Días de 1967, que, para un grupo creciente de sionistas religiosos, fue una señal de la llegada del Mesías«. En esta nota, sin embargo, nos limitamos a informar de esta parte del artículo relativa a Gaza porque ahora es urgente poner fin a la masacre en la Franja de Gaza, el primer paso necesario para contrarrestar la agresión desenfrenada de la ultraderecha.
Yihad Hebrea
El impacto de los impulsos ultraderechistas en la guerra actual se explica en otro artículo de Haaretz, esta vez de Zvi Bar’el, quien afirma que en este contexto el conflicto «ya no se trata de la venganza por el asesinato de 1.200 israelíes y el secuestro de israelíes, tanto ciudadanos judíos como árabes. Tampoco se trata de remediar el trágico fracaso del ejército, los servicios secretos y el gobierno [el 7 de octubre]. Cualquiera que haya asistido el domingo a la conferencia «Regreso a Gaza» comprende muy bien que la guerra trata de ajustar cuentas por otro crimen histórico: el crimen de la retirada de Gaza en 2005» [decidida por el entonces primer ministro Ariel Sharon].
«De ello se deduce que la guerra se ha convertido ahora en una guerra santa, una yihad judía, para la que ningún precio es demasiado alto. Aunque murieran todos los rehenes, aunque murieran docenas o cientos de soldados, y aunque la comunidad internacional prohibiera Israel, el precio seguiría estando justificado.»
«Destruir a Hamás o matar a más de 25.000 gazatíes no basta para lograr una victoria real. Queremos la redención. Y la redención tiene sus dueños, que poseen los derechos exclusivos para su realización«.
«Los pasos son bien conocidos. Comienzan con la excusa de la seguridad: la afirmación de que la amenaza para la población del sur de Israel y para todos los israelíes no puede eliminarse con una zona de seguridad, un muro de separación o campos de minas«, un tema que se ha convertido en un mantra para muchos políticos y líderes de opinión. Todo esto carece de fundamento, según Bar’el, pero sobre este punto le remitimos al artículo.
A continuación, tras explicar el auge de este movimiento que, «como una especie invasora, se ha hecho con el control de la patria, que ahora se ve obligada a obedecer sus órdenes«, Bar’el pasa a explicar cómo «el eslogan ‘una respuesta sionista adecuada’, que pone precio a la tierra por cada persona asesinada, nació directamente en sus escuelas. Y ahora ha surgido la oportunidad de reabrir la rama de Gaza. Como en Cisjordania, en Gaza el sector inmobiliario está rodeado de un aura de sacralidad. [Sólo la tierra] redimirá la sangre de los que fueron asesinados».
Los sionistas quieren una “victoria divina”
No se trata de reconstruir lo que ha sido destruido en Israel por el conflicto, ni de garantizar su seguridad a título póstumo, ellos «tienen otra misión«. De hecho, «están preparando el nuevo simbolismo judío del heroísmo y la firmeza, del regreso a la tierra prometida y la destrucción de Amalek«.
«Al igual que la Guerra de los Seis Días de 1967 fue el comienzo de la redención, la guerra de Gaza no es, en su opinión, más que la primera etapa de la misión para lograr la verdadera victoria judía, la divina, mayor que cualquier victoria militar o diplomática. Porque no hay otra forma de compensarles por el sufrimiento causado, los bienes perdidos y, sobre todo, las burlas sobre la retirada» de Gaza.
«Ahora deben asegurarse de que esta retirada sea la última vez que la misión sagrada ceda el paso a un gobierno de carne y hueso. Y esto no es una teoría. Es un hecho«.
Gaza ha sido arrasada. Y no sólo por las explosiones. Haaretz: «Comandantes de Tsahal ordenaron a soldados incendiar casas abandonadas en Gaza sin ninguna justificación legal» …. El número de víctimas ha ascendido a 27.000 y el de heridos a 66.000, una cifra que aumentará aún más debido al hambre, las penurias y las enfermedades.
Los deseos de la ultraderecha se han cumplido sobre el terreno. Una ola de locura está envolviendo a los palestinos, pero también a lo que queda de la racionalidad israelí. Es urgente detener la guerra para salvar lo que queda del pueblo palestino, pero también para impedir que este monstruo se haga con el control total de Israel, como advirtió Zvi Bar’el.
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