Traducción del articulo : https://www.medias-presse.info/fete-du-christ-roi-le-regne-du-christ-est-un-devoir-politique/210960/
por Mathieu GOYER – Traducido por Elisa Hernández

«Esta lucha por el reinado social de Cristo es el núcleo del compromiso católico contrarrevolucionario»
Este domingo 26 de octubre de 2025, según el calendario litúrgico tradicional, los católicos fieles a la liturgia de siempre celebran la fiesta de Cristo Rey, situada antes del Día de Todos los Santos y que marca la culminación doctrinal del año litúrgico.
Esta Solemnidad, instituida por el papa Pío XI en 1925 en la encíclica Quas Primas, afirma una verdad fundamental y siempre actual: el reinado de Cristo no se limita al orden espiritual o a la esfera privada, sino que se extiende a todo el universo, a las familias, a las naciones, a los pueblos. En resumen, a toda la vida social, política y cultural.
La realeza de Cristo es universal.
Se manifiesta como en la Epifanía, cuando los Reyes Magos ofrecieron al Niño Jesús oro, símbolo real por excelencia. Implica una adhesión pública, visible y valiente a la ley natural y divina.
En un mundo marcado por el relativismo, el indiferentismo religioso y un laicismo agresivo, es vital recordar que la organización de la sociedad no puede pensarse contra Dios, ni tampoco sin Él.
Hoy asistimos a la negación de la naturaleza humana, a la desaparición de la ley moral, a transgresiones cada vez más graves en los ámbitos del matrimonio, la procreación, la filiación y la bioética. Sin embargo, el legislador civil no tiene derecho a ignorar lo que Dios ha inscrito en la propia naturaleza del hombre.
Esta lucha por el reinado social de Cristo es el corazón del compromiso católico contrarrevolucionario. No se trata solo de defender principios, sino de recordar que la ley divina ilumina y orienta la ley humana. No puede haber bien común sin sometimiento al Dios verdadero.
En este día de la fiesta de Cristo Rey, los católicos no deben esconderse.
El tiempo del silencio y la vergüenza ha terminado. Es hora de levantar la cabeza, de dar testimonio abiertamente, de lucir con orgullo las insignias del Sagrado Corazón, como hicieron antaño los vendéanos o los cristeros. Hay que cuestionar las pretensiones del laicismo, no con timidez, sino con la fuerza pacífica de la verdad.
Cada día, en la oración del Padre Nuestro, decimos: «Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». No es una fórmula abstracta: es un programa. Nos compromete.
A nosotros, los católicos, nos corresponde responder a ello. No en teoría, sino con hechos. No en silencio, sino proclamando: ¡Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat! (¡Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera!)
Mathieu Goyer – Vicepresidente de la Asociación Sainte Geneviève Paris


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