Articulo original : https://www.medias-presse.info/on-veut-nous-tuer-il-faut-que-tu-nous-defendes-il-y-a-30-ans-jerome-lejeune/188335
por Laure Macaire – 3 de abril de 2024 – Traducido por Elisa Hernández
Sinfonía de la vida – Reflexiones del profesor Jérôme Lejeune
El profesor Lejeune murió en la mañana de Pascua, el 3 de abril de 1994, el mismo día en que la Vida venció a la Muerte.
Una frase, una sola frase, dictaría su conducta durante toda su vida, una frase de Jesús: «Lo que hicisteis al más pequeño de mis hermanos, a mí me lo hicisteis».
Jérôme Lejeune nació en 1926 en Montrouge, cerca de París. Tras estudiar medicina, en 1952 se incorporó al equipo del profesor Turpin en el hospital Saint-Louis, donde se encargaba de una clínica para niños entonces llamados «mongólicos». Sensible a la angustia de los niños discapacitados mentales – a los que se mantenía al margen – y de sus familias – a las que se señalaba -, decidió dedicarles su vida.
En 1958, en el laboratorio del profesor Turpin, el doctor Jérôme Lejeune, con la ayuda de la doctora Marthe Gautier, descubrió la causa del «mongolismo»: un cromosoma extra en el par 21. El 26 de enero de 1959, la Academia des Ciencias publicó su trabajo científico. Por primera vez en el mundo, se establecía un vínculo entre la discapacidad intelectual y una aberración cromosómica. Los padres de niños con «mongolismo» sabían ahora que la discapacidad de su hijo era un accidente genético, en adelante conocido como «trisomía 21». En 1962, este extraordinario descubrimiento fue reconocido con la concesión del Premio Kennedy, que Jérôme Lejeune recibió de manos del propio presidente John F. Kennedy. Posteriormente, con sus colaboradores, entre ellos la profesora Marie-Odile Rethoré, Jérôme Lejeune descubrió el mecanismo de muchas otras cromosomopatías, inaugurando así la citogenética.
En 1964, Jérôme Lejeune se convirtió en el primer catedrático de Genética Fundamental de la Facultad de Medicina de París. Sin dejar de estar muy disponible para las familias de los niños discapacitados a los que trataba, dio cientos de conferencias por todo el mundo. Como jefe de la unidad de citogenética del hospital Necker-Niños enfermos de París, su consulta se convirtió en una de las mayores del mundo. Con su equipo, estudió más de 30.000 archivos cromosómicos y realizó el seguimiento de varios miles de personas con discapacidad intelectual. Jérôme Lejeune está convencido de que cualquier avance en la curación de una de estas enfermedades proporcionará la clave para curar las demás. Lleva a cabo numerosos programas de investigación con este fin. Sin embargo, muy a su pesar, mientras que los resultados de sus investigaciones deberían haber permitido a la medicina avanzar hacia una cura, se utilizan principalmente para examinar a los niños portadores de estas enfermedades antes de que nazcan, lo que a menudo conduce a su eliminación. Por ello se pronunció en contra del diagnóstico prenatal, en nombre del respeto a la dignidad de la vida desde el momento de la concepción. En 1970, se debatió un proyecto de ley presentado por el diputado Peyret para autorizar el aborto «en caso de embriopatía incurable», como la trisomía 21. Clara Lejeune, hija del profesor Jérôme Lejeune, lo cuenta:
«Una mañana, un niño de 10 años con síndrome de Down vino a consulta. Estaba llorando. Su madre le explicó que la noche anterior había visto con ella un debate televisivo sobre este proyecto de ley. El niño se arrojó a los brazos de mi padre y le dijo: ‘Quieren matarnos, tienes que defendernos’».
Jérôme Lejeune decidió entonces defender públicamente a sus pacientes. Este compromiso de servir a los más débiles de la sociedad le granjeó muchas enemistades, pero también le dio una influencia que perdura hasta nuestros días; da cientos de conferencias y entrevistas por todo el mundo en defensa de la vida. Y nunca dejó de denunciar la solución por defecto del aborto selectivo preconizada por el mundo médico. Este compromiso le valió la denegación del Premio Nobel de Medicina. En 1974, el Papa Pablo VI le nombró miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias. En 1981, fue elegido miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas (Francia). En 1994, se convirtió en el primer Presidente de la Academia Pontificia para la Vida creada por el Papa Juan Pablo II.
Enfermo, entregó su alma a Dios en la mañana de Pascua, el 3 de abril de 1994, el mismo día en que la Vida venció a la muerte. El 21 de enero de 2021, el Francisco Bergoglio reconoció las virtudes heroicas del profesor Jérôme Lejeune y le nombró «Venerable».
LIVROS EN FAMILIA ofrece diversas obras sobre el profesor Lejeune: biografía, escritos espirituales, pensamientos escogidos… Libros para adultos y niños.
Jérôme Lejeune – La liberté du savant, Aude Dugast, 2019, Artège, 22 euros
Publicación de la Fundación Lejeune en 2024:
Sinfonía de la vida – Reflexiones del profesor Jérôme Lejeune, 96 páginas, 4,95 euros
Por supuesto, «ya no se cambia de pavimento cuando se conoce a una persona con síndrome de Down». Ha habido algunas iniciativas muy felices, como los Café Joyeux (cafés alegres), y vemos a personas con síndrome de Down en películas y publicidad, y se ha puesto un poco de moda», observa Jean-Marie Le Méné. Sin embargo, añade con lucidez: «Es muy agradable ir a tomar un café alegre, pero no necesariamente se quiere tener un hijo con síndrome de Down. La eugenesia prenatal sigue tan vigente como siempre: el 96% de los niños detectados son abortados.
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