SEMANA DE LA PASIÓN: Del catecismo del obispo Schneider

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Artículo original : https://remnantnewspaper.com/web/index.php/articles/item/7089-passion-week-from-bishop-schneider-s-catechism

Por: Michael J. Matt | Editor – Lunes, 18 de marzo de 2024 – En The Remnant – Traducido por Elisa Hernández

Formando equipo con el obispo Schneider

Introducción del editor: Según el prefacio de la editorial, la publicación del nuevo catecismo de monseñor Athanasius Schneider, CREDO: Compendio de la fe católica, marca la primera vez en «más de cincuenta años que un prelado romano publica una presentación exhaustiva de la Fe que es enteramente suya, accesible a lectores de cualquier formación y atenta a las necesidades de nuestro tiempo».

Dada la espantosa ignorancia que tristemente asola el mundo católico tan sólo sesenta años después del Vaticano II, este catecismo figura sin duda entre los diez libros más importantes publicados en la era postconciliar.

En la providencia de Dios, tuve la oportunidad de asistir al lanzamiento oficial de CREDO, que tuvo lugar, providencialmente, durante el Sínodo sobre la Sinodalidad en Roma. En esa ocasión, tuve el placer de entrevistar a Su Excelencia (vídeo aquí abajo), y pude preguntarle sobre la publicación de su nuevo catecismo. Me impresionaron tanto las explicaciones de Su Excelencia sobre los motivos que le llevaron a escribir el catecismo que, en aquella ocasión, prometí a los telespectadores de RTV hacer todo lo posible para promoverlo. Me complace anunciar los planes para cumplir esa promesa.

Obispo Schneider Unplugged: «¡Esto es una blasfemia!»

(Una entrevista con Michael Matt)

En video (en inglés, activar subtítulos)

He recibido permiso del obispo Schneider para publicar extractos enteros de su catecismo en las páginas de The Remnant. Como parte de nuestro esfuerzo más amplio por reducir el nivel de ignorancia que asola a la Iglesia, tengo la intención de publicar estos extractos a lo largo de 2024. También animo a los lectores a adquirir el libro directamente en Sophia Press.

En este momento crucial de la historia humana, nada es más importante que la proclamación del Reino Social de Jesucristo a un mundo al borde del colapso moral y espiritual. Nuestro Señor mismo formuló la pregunta: «Cuando el Hijo del Hombre regrese, ¿encontrará la fe?». ¿Lo hará? Depende de si los católicos conocen su fe lo suficientemente bien como para conservarla (y luchar por ella) hasta el final. Debemos desarrollar una mejor comprensión de lo que enseña nuestra Iglesia, de lo que nos ha sido arrebatado, de lo que creemos y de cómo vamos a defender nuestra Fe ante un mundo que está claramente en guerra con ella. Dado que este catecismo está escrito para la gente corriente – los «pequeños», como cariñosamente se refiere a nosotros el obispo Schneider – puede entregarse a cualquier persona, de cualquier edad. Me recuerda mucho, de hecho, a los viejos catecismos que las monjas nos obligaban a memorizar en las escuelas católicas de antaño, aunque actualizados para abordar los muchos nuevos retos a los que todos nos enfrentamos en la era post-cristiana del cientificismo y la tecnología.

Apoyo de todo corazón este catecismo, por supuesto, y pido a los lectores de The Remnant que me ayuden a promoverlo por todo el mundo, especialmente desde que el obispo Schneider emprendió esta obra monumental para nosotros y para nuestros hijos. En su «Prefacio del autor», escribe:

Un obispo católico está obligado a cumplir su juramento público: «Mantener íntegro e incorrupto el depósito de la fe, tal como fue transmitido por los apóstoles y profesado por la Iglesia en todas partes y en todos los tiempos».  Por lo tanto, me veo obligado a responder a las peticiones de muchos hijos e hijas de la Iglesia que están perplejos por la confusión doctrinal generalizada en la Iglesia de nuestros días. Ofrezco esta obra, Credo: Compendio de la fe católica, para fortalecerles en su fe y servirles de guía hacia la enseñanza inmutable de la Iglesia. Consciente del deber episcopal de ser «nutridor de la fe católica y apostólica» (catholicae et apostolicae fidei cultoribus), tal y como se establece en el Canon de la Misa, también deseo dar testimonio público de la continuidad e integridad de la doctrina católica y apostólica. Al preparar este texto, mi audiencia prevista han sido principalmente los «pequeños» de Dios: fieles católicos hambrientos del pan de la recta doctrina. Es, por tanto, en obediencia a mi deber hacia ellos, depositado en mi consagración episcopal de predicar la verdad a tiempo y fuera de tiempo (véase 2 Tm 4:2), que publico este Compendio en el momento presente.

Que Dios bendiga y María guarde al obispo Schneider – nuestro pastor, nuestro padre, nuestro amigo, en Jesucristo nuestro Rey. Y me siento verdaderamente honrado y agradecido con él por ofrecer su instrucción catequética completamente católica en estas páginas en los meses venideros.

CREDO, Capítulo 11 | La Pasión de Cristo

379. ¿Dónde comenzó Jesús su dolorosa Pasión?

En el Huerto de los Olivos o Getsemaní, donde oró y, al contemplar los pecados de todos los hombres y de todos los tiempos, sufrió una terrible agonía interior que llegó a desbordarse en un sudor de sangre (cfr. Lc 22, 44).

380. ¿Qué hizo Jesús después de su oración en el huerto?

Volvió con sus discípulos y les anunció la llegada de su traidor. Cuando Judas apareció con guardias armados para arrestar a Jesús, todos los discípulos huyeron, como había sido predicho.

381. ¿Adónde fue llevado Nuestro Señor, en medio de aquella noche?

Primero fue llevado ante Anás, y luego ante el tribunal del sumo sacerdote Caifás.

382. ¿Cómo fue tratado Jesús en el tribunal de Caifás?

Falsos testigos lo acusaron de blasfemia, y Caifás lo condenó a muerte. Luego envió a Jesús al gobernador romano Poncio Pilato, quien se reservaba el derecho de ejecutar a los criminales.

383. ¿Cómo recibió Pilato a Jesús?

Lo declaró inocente tres veces, pero era tan débil de carácter que no se atrevió a rescatar a Jesús de los judíos, que clamaban por su muerte.

384. ¿Qué hizo entonces Pilato?

Después de enviarlo a Herodes, tetrarca de Galilea, quien se limitó a interrogar y burlarse de Nuestro Señor, Pilato hizo azotar brutalmente a Jesús con látigos y lo entregó a los judíos para que lo crucificaran.

385. ¿Dónde tuvo lugar la crucifixión de Cristo?

En el monte Calvario, una colina estéril fuera de las murallas de Jerusalén, en el lugar de ejecución de los criminales condenados llamado Gólgota (lugar de la calavera).

386. ¿Por qué era conveniente que Cristo fuera ofrecido en sacrificio fuera de Jerusalén?

Para demostrar que mediante este sacrificio 1. Se convirtió en el Redentor tanto de judíos como de gentiles; 2. El culto del templo judío fue cumplido y superado; 3. El verdadero altar y sacrificio se encontraría en adelante en la Iglesia católica, extendida por todo el mundo.

387. ¿Cómo procedió la Crucifixión?

Después de ser despojado de sus vestiduras, Nuestro Señor se tendió voluntariamente sobre una gran Cruz de madera, en la que le clavaron las manos y los pies. Después de que la Cruz fue levantada, se le dejó colgar en tormento hasta que murió.

388. ¿Qué vergüenza soportó además de esta tortura?

  1. La de ser colocado entre dos ladrones, como si fuera un vulgar criminal;
  2. Las burlas e insultos de la multitud, a la que vino a salvar; 3. La cobardía de aquellos discípulos que le abandonaron.

389. ¿Quién estaba presente en el Calvario?

Algunos que habían permanecido fieles a Él, y lo consolaron con su presencia: principalmente su santa Madre, San Juan el discípulo amado, María la esposa de Cleofás, María Magdalena y Salomé, la madre de Juan, todos ellos llenos de dolor.

390. ¿Qué decía el letrero que estaba colgado en la Cruz de Jesús?

«Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos». Escrito en latín, hebreo y griego, era una confesión universal de que éste era el Cristo. Cada una de estas tres lenguas se incluyó después en el rito romano de la misa, la prolongación en el tiempo del único sacrificio de la Cruz.

391. ¿Sirvió la Cruz de Jesús para algo más que para ser su altar de sacrificio?

Sí. Fue también el púlpito desde el que continuó Sus divinas enseñanzas, como podemos ver en las «Siete últimas palabras» pronunciadas por Él en la Cruz:

  1. Se declaró el único Mediador para la humanidad, al orar por Sus verdugos: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
  2. Se declaró el Juez Supremo de las almas, al prometer el cielo al ladrón penitente: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.»
  3. Entregó a Su Madre a todos los fieles como Su legado final: «Mujer, he ahí a tu hijo», y a San Juan: «He ahí a tu Madre».
  4. Se declaró el Salvador profetizado, con las palabras del Salmo mesiánico: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
  5. Dio a conocer ese ardor espiritual por las almas que le consumía: «Tengo sed»
  6. Anunció la culminación de Su obra redentora: » Todo está cumplido»
  7. Demostró una perfecta confianza filial y obediencia a Dios: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
  8. ¿Cuáles fueron los púlpitos más importantes para la enseñanza divina de Nuestro Señor?

«El púlpito de Su primer mensaje fue la ladera de la montaña; Su audiencia, galileos iletrados; Su verdad, las Bienaventuranzas. El púlpito de Su último mensaje fue la Cruz; la audiencia: santos y pecadores; el sermón, las Siete Últimas Palabras».

Muerte y entierro de Cristo

392. ¿Qué cosas asombrosas sucedieron a la muerte del Salvador?

Las tinieblas cubrieron la faz de la tierra, el sol ocultó su luz, el gran velo del templo se rasgó de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron, las tumbas se abrieron y varios de los muertos se levantaron y vagaron por la ciudad, dando testimonio de la divinidad de Cristo.

293. ¿Qué herida fue infligida al cuerpo de Jesús mientras colgaba de la Cruz?

Uno de los soldados atravesó el costado de Su cuerpo con una lanza, y brotó sangre y agua.

394. ¿Quién enterró el cuerpo de Nuestro Señor?

José de Arimatea, un buen hombre rico e influyente, fue audazmente a Pilato a exigir el cuerpo de Jesús para sepultarlo.

395. ¿Cuál fue la forma del entierro de Cristo?

Su cuerpo fue ungido con especias y ungüentos, y envuelto en lino. Luego fue depositado en una tumba nueva no lejos del Calvario, donde fue sellado con una gran piedra y custodiado por soldados.

396. ¿Por qué permitió Nuestro Señor que su cuerpo fuera enterrado?

Para afirmar la realidad de Su muerte, hacer más gloriosa Su Resurrección, cumplir numerosas profecías y servir de símbolo místico: así como el cuerpo de Adán fue sacado de la tierra virgen por el poder divino, así Cristo resucitaría de una tumba virgen por Su propio poder divino, mostrándose capaz de levantar a todos los hombres de sus tumbas al final de los tiempos.


Enlace al artículo Un Credo de cara a la apostasía de nuestro tiempo


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