Artículo original : https://www.medias-presse.info/le-pedophile-frederic-mitterrand-est-mort/187825/

por Xavier Celtillos – 21 de marzo de 2024 – Traducido por Elisa Hernández

El ex ministro de Cultura de Nicolas Sarkozy, el pedófilo Frédéric Mitterrand, ha muerto a los 76 años.

Adulado y alabado sin cesar por la casta mediática hasta 2009, cuando Marine Le PEN destapó en televisión su actividad pedófila, bien conocida en los medios de comunicación y los círculos políticos parisinos.

Su libro «La mauvaise vie» («La Mala vida»), en el que relata su turismo sexual, se publicó en 2005. Y no fue hasta 2009 cuando finalmente fue denunciado, poniendo al Ministro en una difícil situación. Y, sin embargo, fue apoyado incondicionalmente por toda la falsa derecha corrupta.

Frédéric Mitterrand nunca fue interrogado por la justicia francesa, al igual que Daniel Cohn-Bendit o Jack Lang, que también han sido acusados públicamente de pederastia.

Que el Señor se apiade de su alma. Que se apiade también de las desgraciadas víctimas de este criminal despreciable.

Vidéo del Reportaje del 8 de octubre de 2009 sobre la polémica suscitada por Marine LE PEN sobre la moral del entonces nuevo Ministro de Cultura, Frédéric MITTERRAND, que él mismo menciona en su libro «La mauvaise vie» («La Mala vida»).

Extractos del libro:

«La mayoría son jóvenes, guapos, aparentemente ajenos a la devastación que cabría esperar de su actividad. Más tarde me enteraría de que no vienen todas las noches, que a menudo son estudiantes, que tienen novias y a veces incluso viven con sus familias, que afirman desconocer el origen de su medio de vida. […]

Me conformo con una buena dosis de cobardía ordinaria, rompo el mercado para sofocar mis escrúpulos, invento fantasías, pongo sentimiento en todas partes, no puedo dejar de pensar en ello pero eso no me impide volver. Todos los rituales de la feria del efebo y del mercado de esclavos me excitan enormemente. La iluminación es fea, la música te pone de nervios, los espectáculos son siniestros y se podría decir que tal espectáculo, abominable desde el punto de vista moral, es también repulsivamente vulgar. […]

La profusión de chicos muy atractivos e inmediatamente disponibles me pone en un estado de deseo que ya no necesito reprimir ni disimular. El dinero y el sexo son el corazón de mi sistema, el que por fin funciona porque sé que no me rechazarán. […]

La moral occidental, la culpabilidad que siempre he sentido, la vergüenza que he llevado conmigo se han hecho añicos; y que el mundo se vaya al garete, como diría el otro”.

He aquí al hombre a quien llora el sistema depravado.