Articulo original : https://www.medias-presse.info/un-depute-europeen-sur-quatre-est-implique-dans-un-scandale/188780
por Pierre-Alain Depauw – 12 de abril de 2024 – Traducido por Elisa Hernández
En vísperas de las elecciones europeas de junio, conviene recordar la investigación publicada por la plataforma de investigación Follow the Money sobre el alcance de los asuntos y escándalos en los que se ven envueltos los eurodiputados.
No estamos hablando de asuntos triviales, desde el robo de un teléfono móvil hasta la complicidad en un asesinato.
«Casi una cuarta parte de los 704 eurodiputados actualmente en ejercicio se han visto implicados en un caso de infracción de la ley o de incumplimiento de un reglamento», dice la encuesta.
Todo el mundo recordará que la policía belga detuvo el 9 de diciembre de 2022 nada menos que a una de las vicepresidentas del Parlamento, la socialdemócrata Eva Kaili.
El escándalo saltó a los titulares porque se sospechaba que varios representantes electos actuales y anteriores habían recibido grandes sumas de dinero de Qatar y Marruecos para defender los intereses de estos países.
Follow the Money quiso averiguar si se trataba de un incidente aislado. Su informe enumera los escándalos que han quedado claramente establecidos por la cobertura mediática y/o han tenido ciertas consecuencias – como sanciones, investigaciones o reprimendas -, así como los casos en los que las acusaciones han quedado establecidas más allá de toda duda – por ejemplo, por la propia admisión de los hechos por el mismo eurodiputado -, pero no han dado lugar a ninguna investigación, condena u otra consecuencia.
La búsqueda se limitó a las 704 personas que eran diputados al Parlamento Europeo el 18 de enero de 2024. No se incluyen los eurodiputados que han abandonado el Parlamento entre 2019 y la actualidad.
Se revelan 253 casos que fueron noticia tanto a nivel local como internacional.
Estos escándalos implicaron a un total de 163 diputados actuales, casi una cuarta parte de los 704 legisladores. Veintitrés de ellos, o más del 3%, han sido condenados en los tribunales o multados por delitos penales.
Esto es así en toda la UE: en casi todos los países de la UE, al menos uno, o varios, legisladores se han visto implicados en comportamientos cuestionables o francamente ilegales, y los casos varían en cuanto a su gravedad.
La intimidación y el acoso sexual, por ejemplo, son notorios en Bruselas: el colectivo de medios de comunicación descubrió que 37 eurodiputados habían estado en los titulares de periódicos por presuntos comportamientos indecentes en 46 casos.
Los delitos son de lo más variado. Uno se pregunta cómo, teniendo en cuenta sus elevados salarios y dietas, ¡un eurodiputado puede ser acusado de robar un teléfono móvil! También hay casos de vicio y abuso sexual. La encuesta también informa de 45 casos de corrupción, como nepotismo, amiguismo y clientelismo, con 29 escándalos, y de corrupción descarada, con 16 escándalos.
¿Un ejemplo? Sergei Stanishev, figura socialista y ex ministro búlgaro, fue acusado de corrupción.
Cuando se presentó por primera vez al Parlamento en 2014, una empresa de relaciones públicas dirigida por su esposa había obtenido un contrato de 60.000 euros del Parlamento para un proyecto de promoción de las elecciones europeas en Bulgaria.
El informe también cita 44 escándalos relacionados con el fraude y el robo de recursos.
Cinco eurodiputados están implicados en casos de contratación ficticia de asistentes parlamentarios.
La Hacienda española también ha sancionado a algunos eurodiputados españoles que intentaron evadir impuestos en su país de origen presentando sus formularios fiscales en Bélgica, donde el tipo impositivo es más bajo. Algunos de ellos recurrieron la decisión de las autoridades ante los tribunales, donde perdieron. Tres de ellos son actuales eurodiputados españoles.
Ryszard Czarnecki, eurodiputado polaco, ha llamado la atención por reembolsar indebidamente sumas muy elevadas en concepto de gastos de kilometraje. Cada vez que conducía de Bruselas a Polonia, ampliaba el trayecto sobre el papel en varios cientos de kilómetros. Y uno de los coches que decía haber utilizado para sus desplazamientos como eurodiputado había sido desguazado 11 años antes. Sin embargo, no fue condenado. La causa penal contra Czarnecki sigue pendiente después de 4,5 años.
En resumen, estos eurodiputados que pretenden dictar las normas que debemos seguir suelen estar lejos de ser modelos a seguir.
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