Articulo original : https://lesalonbeige.fr/la-democratique-republique-francaise-est-un-regime-aberrant/
Por Michel Janva el 22 de marzo de 2024 – En Le Salon Beige – Traducido por Elisa Hernández
Por Philippe Mesnard en la revista Politique :
Asistimos a una secuencia que demuestra hasta el absurdo hasta qué punto la República democrática francesa es un régimen aberrante. Aquí tenemos a un presidente mal elegido, cuyos partidarios siguen creyendo por sí solos que es notable (os sondeos se vuelven cómicos, con un efecto bien seguro y cómico de repetición), que ha decidido que sólo hay una «batalla existencial» que librar (y lo cito): la lucha contra el partido Rassemblement National. Lo que se ha convertido en rabia.[…]
Francia puede morir, la única «batalla existencial» es luchar contra la RN, Macron promete tres mil millones de euros a Ucrania para poder acusar a Mélenchon y Le Pen de ser agentes rusos. Gaby[1] acusó sin rodeos al partido RN de ser una quinta columna de Moscú. Macron está dispuesto a arruinar el poquísimo crédito que aún tiene en Europa, está dispuesto a hacer el ridículo, ha hecho el ridículo (los europeos, si no los periodistas, recuerdan lo que dijo Macron al inicio de la guerra en Ucrania) para tender una trampa a Marine Le Pen, esa vieja cierva a la que toda la jauría de ministros de Macron fuerzan semana tras semana. Seamos claros, el RN no es un partido especialmente respetable, sus posiciones no son especialmente relevantes ni valientes, pero ¿cómo puede creer en serio un tipo que pretende ser «presidente de todos» (abril de 2022), «presidente de todos los franceses» (abril de 2018), que nos va a hacer creer que podemos odiar a uno de cada tres al mismo tiempo? ¿Cómo puede seguir en pie este sistema de partidos cuando cada día que pasa, con este execrable equipo a las órdenes de este loco, demuestra con una fuerza increíble hasta qué punto sólo favorece a los que tienen mentalidad de partido y no de nación? ¿Cómo puede un hombre de Estado revelar hasta tal punto que su función es ocupar el poder, no ejercerlo, y aplastar a sus enemigos políticos en lugar de restaurar Francia y garantizar a los franceses una vida pacífica? Con la baba en los labios, Macron quiere creer que estamos adoptando su lucha: sólo el 25% de los franceses confían en él (el 92% de los partidarios del Renacimiento, obviamente) para «abordar eficazmente los principales problemas a los que se enfrenta el país.» Eso es menos que el 73% de hace menos de dos años. La rabia lo devora. A los franceses no les gusta el espectáculo. ¿Comprenderán por fin que este régimen no puede organizar nada que les guste?
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