Articulo original : https://lesalonbeige.fr/lobjectif-de-pierre-teilhard-de-chardin-etait-de-fonder-une-nouvelle-religion/
Por Michel Janva el 23 de marzo de 2024 – En Le Salon beige – Traducido por Elisa Hernández
Pierre Teilhard de Chardin vuelve a estar de moda, sobre todo con la creación de un centro que lleva su nombre, fruto de una iniciativa conjunta de la Compañía de Jesús y las diócesis de París, Evry, Nanterre y Versalles. La diócesis de París incluso lo promociona. Sin embargo, los escritos de este jesuita del siglo XX, teórico del «evolucionismo teísta», han sido condenados por la Iglesia.
En L’Homme Nouveau (El Hombre nuevo), Yves Chiron recuerda:
[…] Teilhard de Chardin se tomó rápidamente libertades con las obligaciones de la vida religiosa. Durante una misión científica en Mongolia, en 1923, terminó de escribir «La messe sur le Monde» (La misa sobre el mundo), que en una carta llamó «ma messe sur les choses» (mi misa sobre las cosas), un breve texto en forma de himno cósmico, que recitaba cuando no tenía pan y vino para celebrar la misa. En general, concedía poca importancia a la misa, incluso cuando podía celebrarla.
En 1939, el padre Charvet, su superior jesuita en China, lo deploraba en un informe al Santo Oficio:
«Lo que me parece más grave es la escasa atención que presta al Santo Sacrificio de la Misa durante sus viajes. Que yo sepa, no lleva consigo ningún estuche de capilla […] cuando está en el campo, incluso en las ciudades donde hay una iglesia, el Padre se cree exento de celebrar la Misa. No parece dar ninguna importancia al Santísimo Sacramento, al menos en la práctica… Estos largos meses sin vida sacramental me parecen muy poco acordes con nuestras costumbres e incluso poco propicios para una verdadera vida interior, la vida interior que tanto preconiza el padre Teilhard».
También se cuestionó su gusto por las cenas y veladas sociales cuando estaba en Pekín. Mercè Prats [que escribió su tesis sobre Teilhard de Chardin] menciona también sus grandes amistades femeninas en diferentes momentos de su vida, pero sin afirmar claramente que Teilhard permaneció fiel a su voto de castidad. En cuanto a su voto de obediencia, siempre se ha alabado su heroica sumisión a sus superiores, que le prohibieron publicar sus escritos religiosos; pero permitió que se distribuyeran cientos de ejemplares en forma mimeografiada. […]
Wolfgang Smith, físico y matemático estadounidense, en un ensayo crítico que se centra únicamente en los escritos del jesuita, muestra […] que «el objetivo de Teilhard era fundar un ‘nuevo cristianismo’» basado en el principio de la evolución, que se había convertido en «la Verdad única y universal». En El corazón de la materia, Teilhard se atreve a afirmar la necesidad de «un cristianismo reencarnado por segunda vez (y como a la segunda potencia) en las energías espirituales de la Materia». Wolfgang Smith cree que se trata, de hecho, de una nueva religión. El propio Teilhard afirmó que se trataba de: «una forma desconocida de religión – que nadie podía imaginar o describir hasta ahora, hecha de un Universo suficientemente grande y orgánico para contenerla».
Por no hablar de los nuevos conceptos que introdujo en sus escritos: «noosfera», «Cristo cósmico», «punto Omega» y otros. Tras su muerte, ante la proliferación de sus escritos ya publicados y el «favor» que encontraron, el Santo Oficio publicó un monitum el 13 de julio de 1962, advirtiendo que:
«Independientemente del juicio emitido sobre las ciencias positivas, en materia de filosofía y teología es evidente que las obras mencionadas contienen tales ambigüedades e incluso errores tan graves que ofenden a la doctrina católica».
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