Sábado 6 de enero – Epifanía de Nuestro Señor en Religión Catolica

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por Fabien Laurent – 6 de enero de 2024, traducido por Elisa Hernández

La palabra Epifanía significa manifestación. El 6 de enero, la Iglesia celebra una triple manifestación de Jesucristo, que, según algunas tradiciones, tuvo lugar el mismo día, aunque en años diferentes. La fiesta de la Epifanía tiene, pues, tres finalidades: 1° la manifestación de la divinidad del Salvador a los Magos mediante la estrella milagrosa que les condujo al establo de Belén; 2° la manifestación de la divinidad de Cristo a los judíos durante Su bautismo a orillas del Jordán; 3° la manifestación de esta misma divinidad en las bodas de Caná, donde Jesús transformó el agua en vino. Sin embargo, el objetivo principal de esta fiesta es la manifestación de la divinidad de Jesús a los Magos y la llamada de los pueblos a la fe cristiana. El Evangelio nos cuenta cómo los Magos, guiados por una estrella maravillosa y movidos aún más por el Espíritu de Dios, emprendieron un largo y arduo viaje en busca de un rey recién nacido; también nos habla de la agitación que se produjo en la ciudad de Jerusalén ante esta noticia, y de los temores y planes traicioneros de Herodes; por último, nos muestra a los felices viajeros postrados en el establo de Belén, a los pies de un Niño al que consideran un Ser extraordinario, al que saludan como a un Rey, al que adoran como a un Dios y al que ofrecen regalos simbólicos: oro, incienso y mirra. Elevemos nuestras almas por encima del hecho histórico y traspasemos los velos del misterio. Hoy, todos los pueblos son llamados a la fe cristiana. La Iglesia tiene buenas razones para cantar: «Levántate, Jerusalén, resplandece en todo tu esplendor. He aquí que aparece la Luz del mundo; la gloria del Señor se ha alzado sobre tu muro; alza los ojos, mira, ensancha tu pecho, ¡el universo entero viene a ti!». Vayamos con los Magos a la cuna del Salvador y ofrezcámosle el oro del amor, el incienso de la oración y la mirra del sacrificio.

Martirologio

En Florencia, onomástica de San Andrés Corsini, ciudadano de Florencia, miembro de la orden carmelita, obispo de Fiesole y confesor; famoso por sus milagros, fue incluido entre los santos por el Papa Urbano VIII. Su fiesta se celebra la víspera de los nones de febrero (4 de febrero).

En Barcelona, España, onomástica de San Raimundo de Peñafort, de la Orden de los Frailes Predicadores, confesor, célebre por su ciencia y santidad. Su fiesta se celebra el 10 de las calendas de febrero (23 de enero).

En África, conmemoración de numerosos santos mártires que, durante la persecución de Severo, fueron atados a postes y consumidos por el fuego.

En la región de Reims, la pasión de Santa Macre, virgen. Durante la persecución de Diocleciano, por orden del prefecto Rictiovare, fue arrojada al fuego, pero no sufrió daño alguno. Luego le cortaron los pechos y la metieron en una prisión espantosa, donde la arrastraron sobre tiestos muy afilados y carbones encendidos; después, mientras rezaba, voló hacia el Señor.

En Rennes, en Francia, san Melanio, obispo y confesor: después de dar pruebas de innumerables virtudes, dejó este mundo para entrar en la gloria.

En Gerres, en Egipto, san Nilamón, recluso: mientras lo llevaban para hacerlo obispo a pesar suyo, entregó su alma a Dios en medio de su oración.


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