Por Louie  Verrecchio – 27 de diciembre de 2023, Traducido por Elisa Hernández

Articulo original : https://akacatholic.com/fiducia-supplicans-sspx-issues-an-indictment/

Don Davide Pagliarani, Superior General de la FSSPX elegido en 2018 para un mandato de 12 años.

El 19 de diciembre, la Fraternidad Sacerdotal san Pío X (SSPX) publicó un Comunicado de su Superior General, el padre Davide Pagliarani, comentando el escándalo de la bendición de parejas homosexuales. Comienza así:

Estamos consternados por la declaración Fiducia supplicans del nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sobre la cuestión de las bendiciones para «parejas en situación irregular y parejas del mismo sexo». Sobre todo, porque este documento fue firmado por el propio Papa.

Así pues, la SSPX está consternada – es decir, solamente decepcionada, desanimada, entristecida, etc. – por la reciente declaración de la Roma modernista que abre el camino para que las parejas homo-desviadas soliciten, y reciban, «la bendición de Dios a través de la Iglesia». 

Teniendo en cuenta que la SSPX insiste firmemente en que la Iglesia conciliar actualmente ocupante del Vaticano es la Santa Iglesia Católica Romana establecida por Cristo para nuestra salvación, uno hubiera esperado que el padre Pagliarani dijera que la Sociedad está indignada, o asqueada, y esto en nombre de Nuestro Señor en cuyo Santo Nombre se incantarán estas maldiciones diabólicas.

Dejando a un lado la relativa debilidad de la elección de palabras del padre Pagliarani, lo que destaca aún más en este párrafo inicial es la sutil (y posiblemente deliberada) sugerencia de que la responsabilidad por el contenido de Fiducia Supplicans es en cierto sentido compartida por el fruncido Prefecto de la DDF y «el Papa mismo».

Ciertamente, el padre Pagliarani sabe dónde donde realmente recae la responsabilidad en la Iglesia, es decir, entiende muy bien que, si «el Papa mismo» firma un decreto, entonces su enseñanza y su orientación pastoral le pertenecen a él y a su magisterio papal.  (Para que quede perfectamente claro, hablo aquí de lo que la SSPX imagina que es «la Iglesia» y «el Papa»).

Entonces, uno se pregunta, ¿por qué el disimulo?   

Dicho esto, hay que reconocer que el Comunicado, en el texto que sigue, hace una serie de puntos válidos, todos los cuales se han hecho en otros lugares.

El padre Pagliarani, sin embargo, pasó por alto (si se me permite decirlo) uno de los puntos más importantes planteados en mi post anterior, a saber, la forma engañosa en que Fiducia Supplicans amenaza con llevar a las personas ingenuas a imaginar que una «unión irregular» compuesta por un hombre y una mujer es moralmente equivalente a una unión del mismo sexo.

Así las cosas, el padre Pagliarani no hizo sino cimentar aún más ese grave error en la mente de sus lectores al citar el texto («parejas en situación irregular y parejas del mismo sexo»), y luego proceder a hablar repetidamente de «parejas» en sentido genérico, como si no hubiera distinción alguna entre ellas, es decir, insinuando, aunque sólo fuera inadvertidamente, que la equivalencia moral existe realmente.

Ahora, no estoy sugiriendo que el padre Pagliarani, o la SSPX en general, realmente adopten esta falsa noción, simplemente estoy señalando la insuficiencia del Comunicado y el grado en que amenaza con engañar a aquellos que buscan la verdad.

Lamentablemente, he llegado a esperar lo mismo de la SSPX, dado que cada una de sus observaciones sobre la suciedad que fluye de Roma se basa en la trágica y eminentemente falsa presunción de que la Iglesia conciliar es la Iglesia Católica, actualmente bajo la dirección de Su Santidad, el Papa Francisco.

A este respecto, el Comunicado pasa a evaluar ciertas «afirmaciones del Papa Francisco», llegando a la conclusión de que revelan la actitud de alguien que:

«Ya no cree en el poder de la gracia».

«Rechaza la cruz».

«No ayuda a nadie a evitar el pecado».

«Sustituye el verdadero perdón y la verdadera misericordia por una amnistía tristemente impotente».

«Acelera la pérdida de almas y la destrucción de la moral católica».

El Comunicado continúa describiendo la fe de Jorge Bergoglio manifestada externamente a la vista de todos, en este caso particular, a través de la Fiducia Supplicans.

«Manifiesta una profunda falta de fe en lo sobrenatural».

«[Manifiesta una profunda falta de fe en] la gracia de Dios».

«[Manifiesta una profunda falta de fe en] la fuerza de la cruz para vivir en la virtud».

«[Manifiesta una profunda falta de fe en] la pureza y en la caridad, según la voluntad de Dios».

En cuanto a la naturaleza de la perfidia de Bergoglio, afirma:

«Es un espíritu naturalista y derrotista».

«Se alinea vagamente con el espíritu del mundo».

«[Se alinea libremente con] el enemigo de Dios».

Todas las acusaciones individuales esbozadas en esta mordaz acusación contra Francisco y su falsa fe son indiscutiblemente ciertas, no sólo como lo demuestra Fiducia Supplicans, sino como lo deja perfectamente claro el testimonio acumulativo y notorio de la última década.

Por favor, tómese un momento para releer lo anterior – atentamente, punto por punto – como un perfil preciso de un individuo anónimo.

¿A quién y qué describe? ¿A un católico? ¿A un hereje?

No, es el retrato detallado de un apóstata, o tal vez incluso de un pagano.

Y sin embargo, el padre Pagliarani, hablando en nombre de la Sociedad de San Pío X, está vendiendo la mentira cada vez más increíble y espiritualmente peligrosa de que el acusado, Jorge Bergoglio – a pesar de la falsa fe que manifiesta orgullosa, rutinaria y consistentemente – es un miembro del Cuerpo Místico de Cristo y, más traicionero aún, que él es la cabeza visible de dicho Cuerpo; el Santo Romano Pontífice; el Vicario de Cristo, y la regla de fe para todos los que buscan a Nuestro Señor en la verdad.

Esto hace al padre Pagliarani, y por extensión a la SSPX, ¡casi tan amenazador como el propio autor!

El Comunicado resume su evaluación de Fiducia Supplicans, diciendo:

Se trata de una rendición y un sometimiento más al mundo, por parte de la jerarquía liberal y modernista, que desde el Concilio Vaticano II ha estado al servicio de la Revolución dentro y fuera de la Iglesia.

Una vez más, al referirse a una declaración supuestamente «firmada por el propio Papa», el padre Pagliarani se siente obligado a desviar (o al menos repartir) la culpa, atribuyéndola a una «jerarquía liberal y modernista».

Uno podría preguntarse: ¿La jerarquía de qué?

A lo que el padre Pagliarani respondería sin duda: ¡La jerarquía de la Iglesia católica!

Es cierto, la Fiducia Supplicans es otro fruto podrido de la revolución conciliar, que según todas las apariencias comenzó como un motín interno. Hoy, sin embargo, unas seis décadas más tarde, ¿podemos realmente imaginar que este asalto contra la Santa Madre Iglesia está siendo dirigido por hombres que residen en su seno?

La mera sugerencia es absurda.

Y, sin embargo, la SSPX (y supuestos defensores afines de la tradición católica) quieren hacer creer que algunos de los Sucesores de los Apóstoles, incluyendo en primer lugar al Obispo de Roma, con el que están unidos, están alineados con el Maligno en una revolución en curso contra el Cuerpo Místico de Cristo, aunque de alguna manera permanezcan dentro de la Iglesia.

¿En qué momento la disonancia cognitiva alcanza un nivel tal que indica que hay algo más en juego que una confusión momentánea? ¿Cuándo es razonable concluir que revela motivos distintos de la búsqueda de la Verdad, por ejemplo, la preservación propia? ¿Durante cuánto tiempo debe persistir el distanciamiento de la realidad antes de que desprenda el hedor de la decadencia espiritual?

Hace diez años, no podía imaginarme sintiéndome en el deber de advertir a los buscadores sinceros de la tradición católica: ¡Cuidado con los mensajes falsos y engañosos que salen de la Sociedad de San Pío X!

Tal es, sin embargo, la luz providencialmente provista por Dios, Aquel que obra para bien en todas las cosas, incluyendo la oscuridad Bergogliana.